Cuando se construyó la espléndida catedral románica se levantó en los tramos inmediatos a la capilla mayor un sin igual coro pétreo que proyectó el Maestro Mateo y construyó al tiempo que el admirable Pórtico de la Gloria. En ambas obras el genial maestro contó con la colaboración de un taller que seguía sus directrices pero cuyos escultores no renunciaban a su personal estilo, lo que justifica las diferencias que se aprecian entre las esculturas tanto del Pórtico de la Gloria como del coro pétreo.
Del Maestro Mateo, como de la mayoría de los artistas medievales, se sabe muy poco. En un documento de 1168 aparece como constructor del pórtico de la catedral de Santiago de Compostela y también en inscripciones del propio pórtico se le vuelve a citar como maestro de la obra a su finalización en al año 1188.
Mateo se encargó de terminar los pies de las naves de la catedral de Santiago con su correspondiente triforio, construir la cripta que permitiese alargar dichas naves salvando el desnivel del terreno y construir el citado Pórtico de la Gloria.
El coro, tallado en granito, que estuvo instalado en la basílica hasta 1604, fecha en la que el cabildo autorizó al arzobispo, don Juan de Sanclemente, su derribo para colocar otro de madera en el que la silla central correspondería al prelado, razón principal para la destrucción de aquél.
Sin embargo, muchas esculturas y fragmentos escultóricos que formaron parte del Coro se han ido recuperando poco a poco y sus sucesivos hallazgos animaron el deseo, ya manifestado por ilustres investigadores y académicos, de reconstruir en lo posible el coro para evitar la pérdida definitiva de una obra de especial significación para el patrimonio artístico internacional. Toda la reconstrucción, se hizo respetanto e identificando las partes sustituidas, detalle que se aprecia en la exposición de la misma en el Museo de la Catedral de Santiago
Catedral de Santiago de Compostela
Fachada del Obradoiro
Según el Codex Calixtinus en la construcción de la catedral de Santiago «desde la colocación de la primera piedra en sus cimientos, hasta la colocación de la última, pasaron cuarenta y cuatro años», sin embargo no se consagró hasta el 21 de abril de 1211. Los más de ciento treinta años transcurridos desde su inicio se debieron a la complejidad de la obra, al declive del terreno hacia el oeste, y a la presencia de las murallas de la ciudad
Cripta de la Catedral
Tan ingente labor como la cripta, Pórtico de la Gloria y fachada exterior de la catedral- no impidió al Maestro Mateo y a su taller hacerse cargo de otra obra sin igual para la misma catedral de Santiago, y que venía a completar el significado del pórtico.
Cripta
realizada tambien por el Maestro Mateo para alargar la Catedral y
salvar el declive natural del terreno en que se levanta la
catedral.
Alcanza en el extremo occidental la altura suficiente para una cripta que se creyó iniciada antes de 1168 y remodelada por el maestro Mateo, aunque hoy no se duda de su autoría ni del influjo borgoñón
. Un pilar al que se adosan ocho columnas, cuatro entregas; y otras tantas, acodilladas y más delgadas, la preside y articula sus espacios.el conjunto de esta girola se inspira en la de la propia catedral compostelana por lo que puede hablarse de un excepcional maridaje entre la tradición románica y un gótico naciente.
Alcanza en el extremo occidental la altura suficiente para una cripta que se creyó iniciada antes de 1168 y remodelada por el maestro Mateo, aunque hoy no se duda de su autoría ni del influjo borgoñón
. Un pilar al que se adosan ocho columnas, cuatro entregas; y otras tantas, acodilladas y más delgadas, la preside y articula sus espacios.el conjunto de esta girola se inspira en la de la propia catedral compostelana por lo que puede hablarse de un excepcional maridaje entre la tradición románica y un gótico naciente.
Planta de la Catedral
El recinto del coro tenía planta rectangular y su eje coincidía con el de la nave central de la catedral ya que en el centro de su testero tenía su puerta de acceso. De este modo había a ambos lados igual número de asientos, lo que facilitaba la práctica dual del canto gregoriano entre las dos zonas en que se dividía el conjunto, presididas por el deán y el arcediano
Catedral de Santiago
Fachada según grabado de Vega y Verdugo en 1657 antes de que se construyera la fachada barroca del Obradoiro
Para algunos autores Mateo debió destruir el pórtico original ya terminado de la fachada y alargar las naves. Para otros, simplemente tal fachada no existía y consideran falsas las referencias del Codex Calixtinus sobre este conjunto monumental previo.
Antiguo coro pétreo de la Catedral, hoy reconstruido en el Museo.
Parte del coro que ha sido reconstruido.
Según sus artífices, se podía haber completado el número de sitiales, pero lo expuesto es una muestra mas que suficiente de lo que supuso el coro y además, la falta de espacio en las salas, fué determinante.
Sala del museo donde se encuentra la maqueta y la parte externa de la sillería
Maqueta del coro
El número de sitiales del coro se correspondía con el de clérigos que componían el cabildo compostelano a finales del siglo XII: ya que se consideraba que esos fueron los primeros discípulos de Jesucristo. Como no todos los capitulares tenían igual rango la sillería del coro se articuló en dos cuerpos: el inferior, un banco pétreo con respaldo, para los de menor jerarquía; el superior, con espectaculares sitiales, para los de clase más elevada. Esta singular sillería se complementaba con cojines y otras telas.
Otra vista del coro tal como era.
En 1188, es cuando debió de comenzar la construcción del coro, que ocupó los cuatro primeros tramos -contados a partir del central del crucero- de la nave mayor. En los tres primeros se dispuso la sillería,
Se accedía al recinto del coro por una puerta abierta en el centro de la cabecera y la sillería la formaban asientos altos y bajos.
En la cabecera había una tribuna elevada, llamada «Iube» o «leedoiro», desde la que se hacían las lecturas litúrgicas y predicaciones a los fieles. Bajo esta tribuna se fundaron capillas en el siglo XIV
Reproducción digital del coro
Bajo el leedoiro, quedaba un espacio que se ocupó con capillas de fundación particular en el siglo XIV. La unión y el tránsito con la capilla mayor quedaba asegurada y reservada, al menos desde 1288, por una cadena que delimitaba un pasillo que dio origen a la vía sacra, que pervivió hasta el levantamiento de la sillería de madera en 1946.
El Deán y el Arcediano, se sentaban en los asientos más próximos a la capilla mayor y, tras ellos, cada canónigo y clérigo tenían un asiento asignado. El arzobispo no disponía de escaño, pues no tenía obligación de asistir a los rezos corales.
Placa donde se indica la reconstrucción del coro
Las piezas del coro pétreo se reutilizaron en diversas obras que entonces se realizaban en la catedral de Santiago, como la fachada de la Puerta Santa, y en lugares próximos a la ciudad.
Tal reutilización permitió que, sobre todo, entre 1950 y 1975 se recuperara un importante número de piezas y fragmentos que han permitido reconstruir una parte significativa de la sillería
Baldaquino do sepulcro de la iglesia de Santa María Magdalena, en Zamora
Probablemente inspirado por el coro petreo del Maestro Mateo
En Orense tambien existio un coro de este material, pero de fábrica mas tardía, ya en estilo gótico, del que solo quedan fragmentos repartidos por la Catedral, entre ellos el que hace de frontal del altar mayor o en sepulcros.
Como en la base del sepulcro de la Infantina
En los últimos años del siglo XVI el arzobispo compostelano, don Juan de Sanclemente, decide derribar el coro medieval para levantar otro acorde con los postulados del Concilio de Trento, lo que hizo en 1603. Castellá Ferrer, que vio el coro medieval, escribió al respecto: “Se ha deshecho el más bello coro antiguo que había en España”
Es hace poco tiempo, entre 1945 y 1946, cuando la nave de la Catedral queda expedita al retirar el coro de madera. Siete años más tarde, el profesor Pita Andrade reconstruye en dibujo un estalo del Coro Mateano. En 1961, Chamoso Lamas reconstruye un sitial para la exposición "El Arte Románico". Pita y Chamoso reconstruyen dos sitiales para la exposición "The Year 1200" del Metropolitan Museum.
Entre 1950 y 1975 se recuperara un importante número de piezas y fragmentos que han permitido reconstruir una parte significativa de la sillería alta en una nueva sala del Museo de la Catedral de Santiago
A raíz de unas obras en la escalinata de la Catedral, realizadas en 1978, que descubren varias partes del coro, los profesores Izquierdo Perrín y Otero Túñez inician los estudios que les permitirán precisar la iconografía del coro y, unos años más tarde, su reconstrucción.
El año santo de 1999 ve la apertura de una nueva sala en el Museo de la Catedral de Santiago en la que se exhibe la parte reconstruida del coro proyectado y realizado en piedra por el Maestro Mateo.
Los tres tramos de la nave que ocupó la sillería permitían la colocación de quince sitiales en cada flanco, que unidos a los seis de la cabecera, tres a cada lado de la puerta central, hacen un total de treinta y seis sillas altas
El asiento se hacía más confortable con cojines, según se ve en multitud de figuras de tímpanos, arquivoltas y miniaturas.
La sillería alta tenía un basamento con arquitos ciegos de herradura sobre los que iba el banco, cuyo frente se decoraba con otros de medio punto apoyados en columnillas. Con ello alternaban ménsulas con hojas en dos órdenes, de recortado perfil y ejes perlados. Encima de éstas se alzaban las columnas que sostenían los plafones y doseletes.
Los capiteles eran exentos y su ornamentación era preferentemente de hojas, a las que a veces se les superponían sirenas-pájaro.
Al
no haberse encontrado ninguna columna completa se desconoce su altura
exacta
Y es posible que algunos fustes fueran decorados.
Y es posible que algunos fustes fueran decorados.
Vista de la parte superior de los sitiales
Las fachadas exteriores reconstruidas únicamente por los profesores Otero e Izquierdo eran de gran elegancia y sobriedad. Rompían la monotonía que hubiera supuesto el muro entre los pilares de las naves y ayudaban a sostener el leedoiro, creando bajo él un espacio aprovechado para capillas.
El trascoro repetía a los lados la organización vista, correspondiendo sus figuras a sacerdotes y reyes del Antiguo Testamento: Moisés, Aarón y Samuel; y a la derecha las de los reyes de Judá: Saúl, David y Salomón
En las fachadas laterales iban los profetas y los apóstoles alternando con castillos en una clara evocación de la Jerusalén celeste según la visión de San Juan. en frase de san Agustín, era "el templo dentro del templo".
Detalle de una de las figuras de la zona externa correspondiente a un personaje bíblico, entre dos castilletes como simbolos de Jerusalén
Puerta Santa
Al derribarse el coro mateano sus piezas se reutilizaron. Las privilegiadas fueron las figuras de profetas, apóstoles y otros personajes del Antiguo Testamento que remataban sus fachadas.
En un principio, doce se emplearon en la Puerta Santa, construida entre 1611 y 1616, y cuando en la segunda mitad del XVII se remodeló, el número de imágenes pasó a ser de veinticuatro, y se colocaron también cuatro plafones. Por el interior de la misma puerta se dispusieron dos figuras más.
Grupo de figuras de la Puerta Santa
1. rey Salomón; 2. Moisés; 3. profeta Daniel; 4. profeta Isaías; 5. Aarón; 6. profeta Nahum; 7. San Lucas evangelista; 8. profeta Ageo; 9. rey Saúl; 10. profeta Zacarías; 11. Santo Andrés apóstol; 12. Simón apóstol.
1. rey Salomón; 2. Moisés; 3. profeta Daniel; 4. profeta Isaías; 5. Aarón; 6. profeta Nahum; 7. San Lucas evangelista; 8. profeta Ageo; 9. rey Saúl; 10. profeta Zacarías; 11. Santo Andrés apóstol; 12. Simón apóstol.
1.
Profeta Miqueas; 2. profeta Oseas; 3. Samuel; 4. San Felipe apóstol;
5. profeta Abdías; 6. San Tomé apóstol; 7. profeta Malaquías; 8. San
Marcos evangelista; 9. profeta Jeremías; 10. apóstol Santiago el Mayor;
11. profeta Habacuc; 12. profeta Jonás.
Detalle de una de las figuras de la Puerta Santa
Interior de la Puerta Santa
San Judas Tadeo, que estaba en la zona externa del coro
San Bartolomé.
San Mateo evangelista
Entre ambas columnas iban los brazales, formados por arquerías como las del banco pero caladas y trabajadas por sus dos caras.
Piezas así o lisas se ven en relieve desde la segunda mitad del siglo XII, como en las sillerías citadas, a las que cabe añadir la sede episcopal de Roda de Isábena.
Sobre el borde delantero de los sofitos iban unos doseletes que son de las piezas más hermosas. Tienen una decoración arquitectónica con arco trebolado que cobija un tímpano en el que siempre se labraron animales, preferentemente fantásticos: sirenas-pájaro, basiliscos, dragones, grifos, leones, centauros, águilas...
Entre los doseletes, en los ejes de las columnas, se disponían unas elegantes figuras de niños, casi siempre con cartela a lo largo de su cuerpo
Los relieves figurados de la sillería, por su parte mostrarían la oposición entre el cántico de alabanza a la divinidad, representado por los niños de coro, y el cántico engañoso de las sirenas y demás animales del bestiario esculpido, y que tenía un carácter negativo en la literatura clásica que se mantenía en la medieval
Detalle de dos de los niños
niño cantor, detalle
Puerta de las Platerías de la Catedral de Santiago, donde se colocaron varias estatuas de los niños cantores de la sillería.
La policromía en blanco, rojo, azul y negro, de la que quedan restos y vestigios numerosos, completaba esta obra sin igual. (en la imagen recreacción, de la misma)
La imagen anterior tal como esta y que representa a los caballos de los Magos saliendo de Jerusalén tras entrevistarse con Herodes
"La exposición del Maestro Mateo" Museo del Prado 2016:
Del antiguo coro pétreo, realizado en granito hacia 1200, en el Museo del Prado, pueden contemplarse los Caballos del cortejo de los Reyes Magos, que se usaría como material de relleno en la escalinata del Obradoiro y que se recuperó en 1978- y la escultura de San Mateo.
Otros elementos que también pueden verse son el rosetón -reconstruido a partir de los fragmentos hallados en 1961- y dos Dovelas con el castigo de la lujuria, que se creen que se situaban en el arco del lado sur y cuya temática coincidía con la del arco correspondiente del Pórtico de la Gloria dedicado al Juicio Final, para transmitir en cojunto un mensaje apocalíptico y de salvación.
Encima del arco trebolado se desarrolla un torreón, flanqueado por dos columnas en los extremos, a veces con los fustes decorados, y rematadas en castilletes
(Fragmento expuesto en el Museo de las Peregrinaciones, Santiago)
Detalle de unos de los torreones
Tímpano del doselete donde siempre se labraron animales, preferentemente fantásticos: sirenas-pájaro, basiliscos, dragones, grifos, leones, centauros, águilas... etc
Tímpano con aves afrontadas
Tímpano con figuras fantásticas
Tímpano con dos hombres afrontados
Fragmento de uno de los tímpanos con figura de felino
El resto de las piezas fueron empleadas como material de construcción y de relleno, por ejemplo en la escalinata del Obradoiro que entonces se hacía. Por ello no extraña que la mayoría se hayan rescatado en las excavaciones de la catedral, o incluso en casas de sus inmediaciones.
Varios restos
Fragmento con labra arquitectónica
Otras figuras salieron de la catedral, de las que dos han vuelto a su museo, otras dos están en una antigua fuente en San Pedro de Vilanova (Vedra, La Coruña), En la foto se aprecia las figuras de dos personajes bíblicos.
Cuatro figuras de niños cantores fueron a las jambas de San Salvador de Bembibre y otra pieza a Santa Cristina de Nemenzo,Fueron recuperadas por Chamoso Lamas y utilizadas en la reconstrucción
Fragmentos de las tribunas que se emplearon en la reconstrucción.
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